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¿Y si formamos parte de un gran zoo espacial y la Tierra es nuestra jaula?

Eso plantea la hipótesis del zoológico La paradoja de Fermi se conserva muy joven pese a haber sido formulada en 1950, en parte porque hoy en día sigue habiendo concilios de científicos abordando las posibles respuestas a la idea del físico. No sabemos si estamos solos en el universo y el afán por explicar de qué manera estamos acompañados, y la última teoría de la que se ha hablado ha sido la hipótesis del zoológico. Una materia que se ha discutido por astrofísicos, biólogos, sociólogos, psicólogos e historiadores en la reunión bianual del METI (Messaging Extraterrestrial Intelligence), celebrada en Paris con el título “¿Qué es la vida? Una perspectiva extraterrestre”. Una reunión en la que se tratan temas como si se debe enviar alguna señal al espacio o el posible origen extraterrestre de la vida en la Tierra, pasando por hipótesis algo más divertidas como la que os presentábamos. No den de comer a los animales de este planeta, ni se intenten comunicar con ellos Planteaba Enrico Fermi en aquella conversación informal que cómo es que no habíamos tenido contacto con los extraterrestres si estaban ahí, qué dónde estaban todas esas formas de vida sin tan probable era su existencia. Y las respuestas no se hicieron esperar, las cuales reunimos por ser bastante locas en algunos casos, como la de que “los extraterrestres están durmiendo” (espectacular). Una posible respuesta es la que se ha tratado en este evento del METI, en el que se ha abarcado el análisis de la paradoja de Fermi desde una aproximación científica, según decían Cyril Birnbaum y Brigitte David a Forbes. Y la verdad es que las cuestiones que se discutieron fueron, cuanto menos, llamativas dentro de una perspectiva científica: ¿Permanecen los extraterrestres en silencio en precaución a que el contacto con nosotros impactase a la humanidad? ¿Vivimos en un zoológico galáctico? ¿Debemos enviar mensajes internacionales por radio a las estrellas cercanas para demostrar el interés de la humanidad en formar parte del “Club Galáctico”? ¿Será la inteligencia alienígena similar a la humana? ¿Está el origen de la vida en la Tierra en algún otro punto de la galaxia (hipótesis de la migración interestelar)? De la primera de hecho ya hablamos aquí como os enlazábamos antes, pero ¿qué es eso del zoo? ¿Qué plantea esta teoría en referencia a la idea de que no estamos solos? Pues que no sólo eso, sino que estamos siendo vigilados e incluso protegidos, como explicaba Florence Raulin Cerceau (de la junta directiva del METI y en la organización del evento) en cuestión del tratamiento de esta materia en la reunión en París. La hipótesis del zoológico galáctico se basa en que hay civilizaciones que saben de nosotros, pero que se ocultan de manera intencionada para evitar influir en nuestro comportamiento o desarrollo Se trata de la idea de que hay una serie de civilizaciones alienígenas que sabe de nosotros, pero que se oculta de manera intencionada para evitar influir en nuestro comportamiento o desarrollo. Del mismo modo que los cuidadores vigilan a los animales en los zoológicos, con razonamientos como que si de repente una cebra se comunicase con nosotros a través de números primos usando su pezuña, nuestra relación con ella se vería alterada y nos veríamos obligados a responder, según explica Douglas Vakoch, presidente del METI. “Si fuésemos al zoológico y de repente una cebra se girara hacia nosotros, nos mirase a los ojos y empezase a enviarnos series de números primos con su pezuña, eso establecería una relación radicalmente diferente entre nosotros y la cebra, y nos sentiríamos obligados a responder. […] Podemos hacer lo mismo con los extraterrestres transmitiendo señales de radio potentes, intencionales, ricas en información a las estrellas”. Douglas Vakoch, presidente del METI Esta hipótesis se apoya con ideas como el hecho de que hayan dejado equipos de vigilancia o sistemas automatizados en la Tierra (que según vimos en la teoría de la gran siesta extraterrestre les notificarían en caso de presencias extrañas) o que no somos lo suficientemente interesantes, o que no hemos llegado al nivel de progreso suficiente como para que entren en contacto con nosotros. Ahí estuvo ya Anders Sandberg en 1999 (de la Universidad de Oxford) que planteó otra posibilidad de que quizá las civilizaciones avanzadas tecnológicamente preferirían quedarse en sus planetas construyendo gigantescos superordenadores tan grandes como los propios planetas en los que vivían, sus llamados “cerebros Júpiter”. De este modo, la Tierra sería nuestra gran jaula o espacio, desde el que somos ajenos a la vigilancia de los extraterrestres. De hecho, Jean-Pierre Rospars (director de investigación en el Instituto Nacional de Investigación Agronómica francés y co-organizador del evento junto a Raulin Cerceau) habla de una “cuarentena galáctica”, la cual estaría impuesta a nuestra sociedad al ser los extraterrestres “culturalmente alborotadores” para nosotros. El zoo, los océanos de hielo, las súper Tierras y el “forever alone” universal Hasta que se puedan denegar propiamente, hay muchas teorías intentando responder a la paradoja de Fermi. Están ésas que aquí reunimos y ya hemos comentado y otras tantas, como la de que los extraterrestres están encerrados bajo océanos de hielo (de Alan Stern, principal investigador en la misión New Horizons de la NASA), atrapados en súper Tierras por su extrema gravedad (de Michael Hippke, un investigador independiente asociado al observatorio de Sonnenberg en Alemania) o arrasados ya por ellos mismos, como parece que estemos haciendo los terrícolas (ésta de Adam Frank, profesor de física y astronomía en la Universidad de Rochester en New York). Sin negar completamente la existencia de vida en el universo más allá de la terrestre ni mucho menos, no todos los puntos de vista asumen que ya hay formas inteligentes o que vamos a encontrarnos los mismos mecanismos moleculares. Tal y como planteaba el doctor Felipe Gómez del Centro de Astrobiología del CSIC, destacando esto como el punto de más débil de la búsqueda de la vida en el espacio al preguntarle si tiene sentido buscar vida en el espacio exterior. A este respecto, en esa ocasión hablamos también con Domingo Marquina (microbiólogo de la Universidad Complutense de Madrid), quien nos matizaba que “no existe una definición de vida”. De ahí que haya dos líneas de investigación bien definidas: buscar formas de vida más elemental (lo que harían misiones como Curiosity) o bien una inteligencia superior (lo que hace el SETI). “No sabemos si las formas de vida que nos vamos a encontrar tendrán una forma de vida basada en el ADN, en el carbono”. Domingo Marquina (microbiólogo de la Universidad Complutense de Madrid) Está también el enfoque de Dan Hooper, que basándose en el principio de que el universo se expande ha estado discurriendo sobre qué debería hacer una civilización avanzada para sobrevivir. Considera que la civilización se daría cuenta de este problema y se expandiría rápidamente, construyendo esferas de Dyson y usando esa energía para acelerar esas estrellas que se alejan cerca del centro de la civilización donde poder seguir usándolas. Es algo, según él, que deberían hacer cuanto antes.

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