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¿Tenés una mente mariposa?

Mente de mariposa: la creatividad desbocada, pero poco útil

Fact checked5 minutosPuede que también tú seas una de esas personas con mente de mariposa: siempre te están llegando ideas de lo más ocurrentes e innovadoras. Sin embargo, aún no has empezado a aplicar una de ellas, la deshechas porque te surgen otras mejores.

Como seres racionales, todos pensamos. Sin embargo, ¿nos llevan nuestros pensamientos a dónde queremos realmente? A veces pasamos de una idea a otra sin llegar a nada en concreto. Incluso, hay épocas en las que el cerebro es como un jardín en el que no dejan de florecer mil proyectos, planes y metas. La mente de mariposa es la culpable de que muchas veces no lleguemos a conquistar aquello que nos proponemos.

La mayoría hemos oído hablar de la “mente mono”. Este concepto que hunde sus raíces en el budismo nos recuerda que nuestra capacidad de atención es muy débil y que, a menudo, nos extraviamos en el bosque de los propios pensamientos cayendo en estados de negatividad e improductividad. Ahora bien, la idea de la mente de mariposa va mucho más allá y traza otro tipo de movimiento cognitivo.

Son esos instantes en los que nos sentimos como iluminados por ideas de lo más originales y hasta bellas. Nos dejamos envolver por ellas un tiempo, pero tarde o temprano, todas esas figuras se van desvaneciendo. Perdemos el interés, pero lejos de caer en un estado de negatividad, como sucede con la metáfora del mono saltarín, llegan de improviso otras ideas, otras perspectivas…

Siempre es interesante dejar que la creatividad y las nuevas ideas lleguen a nosotros, pero también es necesario, comprometernos con esas metas para llegar a cumplirlas.

Mente de mariposa: ¿en qué consiste?

El grupo musical Pearl Jam tenía una canción llamada “Even Flow” en la que describía cómo los pensamientos llegan a veces hasta nosotros como bellas mariposas. Esa descripción no puede ser más bella a la vez que acertada para definir cómo es la propia creatividad. Uno está inmerso en sus cosas cuando de pronto llegan las ideas de la nada, revoloteando a nuestro alrededor y captando nuestra atención.

David Lynch, el famoso director de cine, explicaba en su libro Atrapa al pez dorado que para conseguir la idea más innovadora y original, uno debe poner voluntad y que prácticas como la meditación trascendental pueden ayudar. Sin embargo, hay personas con mente de mariposa que evidencian una capacidad natural para estar siempre en “modo creación” o más aún divagando.

Por otro lado, estudios como los realizados en la Universidad de Columbia Británica (Canadá) señalan algo interesante sobre este tema. En cierto modo, todos divagamos y lo hacemos en mayor grado durante dos momentos muy concretos de nuestras jornadas: a mediodía y por la noche. Sin embargo, hay quien tiene un rasgo muy particular: alta creatividad y divagación persistente.Lo analizamos.

Dispersión y bajo compromiso: la creatividad inútil

Cuando hablamos de personas creativas e innovadoras como Steve Jobs, Bill Gates o Jeff Bezos nos olvidamos quizá de un factor. Del compromiso que mostraron para hacer realidad sus proyectos. Esto es algo que sabe todo aquel que haya alcanzado una meta en la vida. No basta con soñar un objetivo, con inventarlo y darle forma: hay que trabajar en él de forma constante.

Sin embargo, las personalidades con mente de mariposa no tienen hábitos ni compromisos. Son mentes inquietas que se ven atrapadas por multitud de ideas, pero que nunca llegan a materializar.

Podríamos definir esta conducta como “creatividad inútil” porque a pesar de evidenciar una alta capacidad para producir ideas innovadoras, ninguna llega a madurar. Es más, en ocasiones, cuando empiezan a trabajar en una de ellas la acaban abandonando porque ya no les motiva ni ilusiona. Han tenido otra revelación y la ven más interesante.

Esto puede llevar a estas personas a situaciones de estancamiento continuado. Asimismo, si forman parte de equipos de trabajo, pueden ocasionar problemas y tensiones con sus compañeros.

Hacer de la mente de mariposa nuestra aliada requiere saber controlarla y focalizarla. Entrenar la atención y el compromiso con los proyectos que empezamos, mediará en nuestra capacidad de logro y satisfacción.

Cómo educar la mente de mariposa

Cualquiera que se identifique con la mente de mariposa sabrá lo contradictorio que resulta este enfoque. Uno se siente constantemente guiado por multitud de ideas. Y toda idea resulta ilusionante. Sin embargo, como toda mariposa, esta vuela de aquí allá, nunca para quieta, va de un jardín a otro y de una flor esplendorosa a otra igual de llamativa.

Ahora bien, no llegar a consolidar ningún proyecto, meta u objetivo termina frustrando. Por ello, es recomendable tener en cuenta algunas pautas:

  1. En primer lugar, debes tener conciencia de a dónde te ha llevado no comprometerte con ninguna de tus ideas. De nada te sirve ser creativo si no materializas nada. El cambio llegará siempre que asumas que no puedes seguir reforzando los mismos patrones que en el pasado. Comprometerte contigo mismo implica mejorar tu capacidad de logro.

  2. La mente de mariposa debe ser tu aliada, pero debes domarla y controlarla. Para ello, es bueno registrar cada idea que te propone, apúntalas todas y después elige las más válidas, claras y factibles para hacerlas realidad.

  3. Por otro lado, es decisivo tener hábitos y rutinas de trabajo. Algo así requiere desarrollar atención en la tarea y esa focalización en el objetivo sin que la mente se escape, divague o pierda el interés.

Cabe señalar eso sí, que controlar, dominar y poner a nuestro servicio esa mente obstinada en revolotear de una fantasía a otra, requiere tiempo. Sin embargo, en caso de hacerlo bien, puede ser una aliada extraordinaria.

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