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El cerebro también late

¿Te has parado a pensar alguna vez que el corazón no es el único órgano que se mueve? Pocas personas saben que el cerebro late, pero además, recientemente ¡se ha conseguido grabar! Te lo contamos aquí.

El cerebro también late

El corazón late para poder enviar sangre a cada vaso sanguíneo del cuerpo. Ese ritmo se puede notar en las muñecas, en el cuello e incluso a veces podemos escucharlo debido a la vibración que provoca en los oídos. Lo que probablemente sea difícil de notar es que el cerebro también late al ritmo del corazón.

El latido cerebral se produce por el flujo de líquido cefalorraquídeo y de sangre dentro del cráneo. El movimiento que el latido produce es más pequeño que el grosor de un cabello, entre 10 y 150 micras. Por ello, hasta ahora había sido imposible registrarlos, ya que los escáneres y métodos de neuroimagen que tenemos actualmente no capturaban tal nivel de detalle.

Recientemente, científicos del Stevens Institute of Technology de Nueva Jersey (Estados Unidos) y de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) han conseguido grabar el latido del cerebro. Para ello han creado una técnica denominada Resonancia Magnética por Imágenes (RMI) amplificada.

Creemos que esto llevará a un amplio número de aplicaciones clínicas usando datos tradicionales de resonancias magnéticas previos. Permitirá la caracterización de la integridad cerebral en una gran gama de alteraciones neurológicas“.

Cerebro sobre fondo gris

La técnica

Los investigadores han publicado sus hallazgos sobre esta innovadora técnica en la revista Resonancia Magnética en Medicina.

En el artículo explican cómo, para capturar el latido del cerebro, pusieron a los participantes electrodos en las muñecas para registrar su frecuencia cardíaca. Así, mientras les realizaban una resonancia magnética, podían coordinar el tiempo del pulso cardíaco con las imágenes del cerebro, creando unos planos con un movimiento suave.

Mediante un algoritmo que se adapta a los movimientos en forma de pistón de la sangre y fluido espinal que pasa a través del cerebro, se puede después agrandar a una escala más visible el movimiento que se produce cuando el cerebro late.

Esta adaptación, además, elimina el ruido que se podría crear en la imagen. Así, el resultado es una imagen cerebral exacta y a escala real, en la que se puede observar el movimiento al ampliarla.

De momento, este sistema es especialmente bueno en detectar el movimiento en el cerebro medio, la médula espinal y en la corteza frontal.

Utilidad

Volviendo a la comparación con el corazón, cuando este late a un ritmo irregular o alterado indica que está sufriendo algún tipo de daño.

Por ello, los científicos desean que esta nueva técnica sirva para detectar los momentos en los que el cerebro late de forma diferente. Es decir, cuándo su patrón de movimiento no es el habitual y que así se puedan diagnosticar aneurismas o conmociones cerebrales antes de que aumente el riesgo para la salud de la persona.

En el estudio, los investigadores hicieron una prueba para comparar los latidos de un cerebro sano y el de una persona con malformación de Chiari tipo I. Esta malformación consiste en una estructura anómala del cerebelo. Los resultados mostraron que los cerebros del grupo con malformación tenían un patrón de movimiento anormal en dos zonas concretas: el tejido del mesencéfalo caudal y el tronco encefálico.

Así, esta técnica podría ser muy útil para detectar problemas que pasan desapercibidos con otras herramientas. Ayudaría a prevenir enfermedades e, incluso, a diseñar mejor los cascos que eviten traumatismos craneoencefálicos.

Por otro lado, debido a su seguridad y a que es una técnica no invasiva, se podría extender su aplicación a otras zonas del cuerpo que no sean el cerebro.

Por ejemplo, en la evaluación de patologías del hígado, pecho, vasos sanguíneos, corazón, pulmones o músculo esquelético. En concreto, sería útil para diagnosticar disfunciones donde la función biomecánica está comprometida, como la cirrosis del hígado o el cáncer de próstata.

Cerebro con ondas electricas

Relación cerebro – corazón

Que el cerebro late influenciado por el flujo del latir del corazón es un hecho que puede llevarnos a pensar en la relación entre estos dos órganos. Así, aunque tradicionalmente se ha tendido a separar corazón y cerebro, la integración entre ellos es muy grande.

Se sabe que el corazón se comunica por el cerebro mediante dos vías que terminan en la corteza cerebral. Una de ellas se encuentra a nivel insular y otra en la corteza del cíngulo anterior, que queda junto a la corteza somatosensorial.

Por otro lado, también se conoce que la interocepción, o percepción del propio cuerpo, modula la capacidad cognitiva para entender las relaciones sociales (cognición social). Estos conocimientos llevaron a realizar un estudio con un paciente que tenía dos corazones (el natural y un dispositivo cardíaco externo).

Los resultados mostraron que el paciente sentía más el latido del corazón artificial y que, como consecuencia de ello y del desequilibrio en las vías interoceptivas, mostraba alteraciones en las habilidades sociales, empáticas y toma de decisiones. Esto podría entenderse como que el cerebro toma las decisiones, pero bajo la influencia del resto de nuestro cuerpo.

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